La Hallaca, el Software Libre y Nuestra Independencia
El pasado 5 de Julio de 2014, día de la Independencia de Venezuela, se generó una controversia interesante en las redes sociales por el logotipo o doodle que la empresa estadounidense Google escogió a propósito de la Independencia de nuestro país: una hallaca, plato tradicional navideño venezolano. Muchos se preguntan por qué Google escogió una hallaca en esta época del año y qué tiene eso que ver con nuestra Independencia. La verdad, desconozco los motivos de Google; inicialmente el asunto me molestó un poco y tengo mis suspicacias con lo que ellos intentan decir. Pero para mí, como persona que apoya los movimientos por el Software Libre, el Conocimiento Libre y la Cultura Libre, la hallaca sí tiene que ver con nuestra Independencia, y quiero explicar por qué.
Cuando uno tiene que explicarle a la gente por qué son importantes las Tecnologías Libres y el Software Libre, puedes hacerlo de varias maneras.
Una, es la forma clásica, explicando las 4 libertades. El problema es que, para que tu audiencia te comprenda, tienes que explicarles primero la definición de "código fuente". Y, para entender qué es el código fuente, tienes que explicarles qué es un computador y cómo funciona. Tienes que explicarles qué es un lenguaje de programación, cual es el trabajo de nosotros los programadores, cómo escribimos "instrucciones" para el computador en un determinado lenguaje de programación, y cómo esas instrucciones o "código fuente" luego son convertidas en código binario ejecutable, entendible por un computador.
Para cuando has terminado de aclarar todas esas definiciones, el 90% de la gente se ha quedado así:
Esa posiblemente es la razón por la cual una inmensa cantidad de personas aún no entienden bien qué es el Software Libre, o lo confunden con "programas gratuitos".
Para ahorrarnos todo esto, algunos intentamos buscar analogías para explicar qué es el Software Libre. Por ejemplo, yo lo comparo con la elaboración de una hallaca (o de una arepa, por poner otro ejemplo típico venezolano).
Para quienes no sean venezolanos, les explico: la hallaca es un manjar en nuestro país, es un símbolo de nuestra identidad y un alimento típico de nuestras épocas navideñas. Está formada por un guiso con carne de res, cerdo y de gallina (con muchos otros ingredientes, como pasas, aceitunas, pimentón, cebolla, etc.), el cual luego se envuelve en una masa hecha con harina de maíz, sasonada y coloreada con onoto para darle un color intensamente amarillo, para luego ser envuelta en hojas de plátano que se amarran con pabilo.
Para elaborar una hallaca, tienes que seguir una serie de pasos, es decir, una receta. Y, desde hace siglos, esta receta es pública y gratuita. Nadie puede proclamarse dueño absoluto de la receta de la hallaca, y nadie puede demandar a otras personas por usar la receta de la hallaca sin autorización. Cuando vas a cenar a casa de un amigo y te brinda unas hallacas muy buenas, es normal preguntarles "¿cómo la hiciste?", "¿cómo le pusiste ese toque?", y casi siempre te cuentan qué ingredientes usaron, cómo variaron la receta. Cada familia hace las hallacas muy a su modo; de allí la famosa frase "la mejor hallaca la hace mi mamá", que fue convertida en canción por los grandes Iván Pérez Rossi y Hernán Gamboa, de Serenata Guayanesa. En diferentes regiones del país hay variaciones muy interesantes de la receta fundamental, haciendo el guiso con huevos, con pescado, con granos y hasta las hay vegetarianas.
De allí, es muy fácil relacionar la receta de la hallaca con las 4 libertades del software libre: libertad de ejecución (cualquiera puede comer una hallaca), libertad de estudiar el código fuente (cualquiera puede conocer la receta, estudiarla y hacer sus propias hallacas), libertad de modificación (cada quien puede cambiar la receta de la hallaca y adaptarla según sus necesidades) y libertad de redistribución (puedes darle tu receta a otra personas y enseñarles a hacer hallacas sin limitación alguna).
Una vez te han comprendido ese ejemplo, es sencillito comparar al software libre con el saber popular y ancestral que tanto defendemos. Las hallacas son producto de mezclar la cultura indígena suramericana con la cultura europea conquistadora y la cultura de los esclavos africanos traídos a la fuerza a nuestro continente. Y, una vez inventada esta hallaca, su receta fue pasada de padres a hijos y fue compartida entre familiares y amigos sin que nadie afirmara que la receta de la hallaca estaba "patentada".
Si la Hallaca es el vivo ejemplo del Conocimiento Libre, Coca Cola es exactamente lo contrario: una corporación que mantiene en absoluto secreto la receta de su refresco y se vanagloria de ello. Sus ganancias son tan elevadas, que se da el lujo de generar costosísimos comerciales para hacernos sentir "felices", mientras que explotan a sus trabajadores en países del mal llamado "Tercer Mundo". Su publicidad es tan influyente que, en unas pocas décadas, impuso sus propias simbologías navideñas en la mayor parte del mundo: de todas las representaciones de San Nicolas Di Bari que existían en Europa y Estados Unidos en el siglo XIX, con trajes verdes, azules, rojos, marrones, dorados y de muchos otros colores, se encargaron de imponer culturalmente un sólo Santa Claus, con los trajes rojo y blanco de su marca comercial, y no sólo en esos países, sino en prácticamente todo el globo. Los padres no sólo tienen que trabajar todo el año para poder comprarle a sus hijos los regalos de diciembre, sino que tienen que disfrazarse usando los colores de Coca Cola para llevarle "felicidad" a sus descendientes. No dudamos que estas transnacionales harían lo mismo con nuestras celebraciones y tradiciones si se lo permitiésemos; de allí que muchos se preocuparon al ver a la empresa transnacional Google adueñándose de la hallaca, así fuese por un sólo día.
Los Tratados de Libre Comercio y los lobbies que estas transnacionales hacen en los órganos legislativos de los países buscan garantizar que el conocimiento se quede en las bóvedas legales de estas empresas, arrebatándoselo al colectivo para beneficiar a sus dueños. Buscan obligarnos a nosotros, los ciudadanos y pueblos del mundo, a pagar por usar de estos conocimientos y tecnologías, a cambio de perder nuestra capacidad de desarrollarnos. Y luego, sus medios de comunicación pretenden hacernos envidiar a los dueños de estas transnacionales, quienes se pelean entre sí por ser las personas más adineradas del mundo, con montos en su haber que superan las reservas de países como el nuestro.
En los días de Bolívar, la Independencia tuvo que lograrse en una guerra sin cuartel, con espadas y cañones. Hoy, los ataques a nuestra Independencia han cambiado de estrategia: sus soldados visten traje y corbata, empuñan jugosos sobornos y comisiones contra la moral de nuestros legisladores y funcionarios, y nos disparan miles de comerciales y promociones para convencernos de que ellos son nuestros "amigos" y sólo quieren hacernos más "felices".
Es una guerra en la que no podemos rendirnos. En agosto de 2014 entra en vigencia en Venezuela la Ley de Infogobierno, que, entre muchos otros aspectos, obliga a usar Software Libre en todas las instituciones del Estado. Es importantísimo entender el porqué de esta Ley: tal y como no serviríamos alimentos en los comedores escolares cuya receta e ingredientes desconozcamos, tampoco podemos usar software en el Estado que no sepamos cómo está hecho.
La hallaca, ese delicioso plato que saboreamos las y los venezolanos cada mes de diciembre, es un símbolo de nuestra cultura, de nuestros saberes y de nuestra identidad; esa es la razón que Google alegará para haberla escogido este 5 de Julio para incluirla en su logotipo. Pero la hallaca también es la viva demostración de cómo el Conocimiento Libre y sin restricciones -a través del cual se difundió su receta- es imprescindible para lograr nuestra independencia científica y tecnológica. El mal llamado "Primer Mundo" se desarrolló de la misma manera, pero hoy quiere cambiarnos las reglas a nosotros. ¡Necesitamos del Conocimiento Libre, de las Tecnologías Libres y la Cultura Libre para construir nuestro Socialismo!
Así amaneció la página de Google para Venezuela este 5 de Julio |
Una, es la forma clásica, explicando las 4 libertades. El problema es que, para que tu audiencia te comprenda, tienes que explicarles primero la definición de "código fuente". Y, para entender qué es el código fuente, tienes que explicarles qué es un computador y cómo funciona. Tienes que explicarles qué es un lenguaje de programación, cual es el trabajo de nosotros los programadores, cómo escribimos "instrucciones" para el computador en un determinado lenguaje de programación, y cómo esas instrucciones o "código fuente" luego son convertidas en código binario ejecutable, entendible por un computador.
Para cuando has terminado de aclarar todas esas definiciones, el 90% de la gente se ha quedado así:
Esa posiblemente es la razón por la cual una inmensa cantidad de personas aún no entienden bien qué es el Software Libre, o lo confunden con "programas gratuitos".
Para ahorrarnos todo esto, algunos intentamos buscar analogías para explicar qué es el Software Libre. Por ejemplo, yo lo comparo con la elaboración de una hallaca (o de una arepa, por poner otro ejemplo típico venezolano).
Para quienes no sean venezolanos, les explico: la hallaca es un manjar en nuestro país, es un símbolo de nuestra identidad y un alimento típico de nuestras épocas navideñas. Está formada por un guiso con carne de res, cerdo y de gallina (con muchos otros ingredientes, como pasas, aceitunas, pimentón, cebolla, etc.), el cual luego se envuelve en una masa hecha con harina de maíz, sasonada y coloreada con onoto para darle un color intensamente amarillo, para luego ser envuelta en hojas de plátano que se amarran con pabilo.
Para elaborar una hallaca, tienes que seguir una serie de pasos, es decir, una receta. Y, desde hace siglos, esta receta es pública y gratuita. Nadie puede proclamarse dueño absoluto de la receta de la hallaca, y nadie puede demandar a otras personas por usar la receta de la hallaca sin autorización. Cuando vas a cenar a casa de un amigo y te brinda unas hallacas muy buenas, es normal preguntarles "¿cómo la hiciste?", "¿cómo le pusiste ese toque?", y casi siempre te cuentan qué ingredientes usaron, cómo variaron la receta. Cada familia hace las hallacas muy a su modo; de allí la famosa frase "la mejor hallaca la hace mi mamá", que fue convertida en canción por los grandes Iván Pérez Rossi y Hernán Gamboa, de Serenata Guayanesa. En diferentes regiones del país hay variaciones muy interesantes de la receta fundamental, haciendo el guiso con huevos, con pescado, con granos y hasta las hay vegetarianas.
De allí, es muy fácil relacionar la receta de la hallaca con las 4 libertades del software libre: libertad de ejecución (cualquiera puede comer una hallaca), libertad de estudiar el código fuente (cualquiera puede conocer la receta, estudiarla y hacer sus propias hallacas), libertad de modificación (cada quien puede cambiar la receta de la hallaca y adaptarla según sus necesidades) y libertad de redistribución (puedes darle tu receta a otra personas y enseñarles a hacer hallacas sin limitación alguna).
Una vez te han comprendido ese ejemplo, es sencillito comparar al software libre con el saber popular y ancestral que tanto defendemos. Las hallacas son producto de mezclar la cultura indígena suramericana con la cultura europea conquistadora y la cultura de los esclavos africanos traídos a la fuerza a nuestro continente. Y, una vez inventada esta hallaca, su receta fue pasada de padres a hijos y fue compartida entre familiares y amigos sin que nadie afirmara que la receta de la hallaca estaba "patentada".
Si la Hallaca es el vivo ejemplo del Conocimiento Libre, Coca Cola es exactamente lo contrario: una corporación que mantiene en absoluto secreto la receta de su refresco y se vanagloria de ello. Sus ganancias son tan elevadas, que se da el lujo de generar costosísimos comerciales para hacernos sentir "felices", mientras que explotan a sus trabajadores en países del mal llamado "Tercer Mundo". Su publicidad es tan influyente que, en unas pocas décadas, impuso sus propias simbologías navideñas en la mayor parte del mundo: de todas las representaciones de San Nicolas Di Bari que existían en Europa y Estados Unidos en el siglo XIX, con trajes verdes, azules, rojos, marrones, dorados y de muchos otros colores, se encargaron de imponer culturalmente un sólo Santa Claus, con los trajes rojo y blanco de su marca comercial, y no sólo en esos países, sino en prácticamente todo el globo. Los padres no sólo tienen que trabajar todo el año para poder comprarle a sus hijos los regalos de diciembre, sino que tienen que disfrazarse usando los colores de Coca Cola para llevarle "felicidad" a sus descendientes. No dudamos que estas transnacionales harían lo mismo con nuestras celebraciones y tradiciones si se lo permitiésemos; de allí que muchos se preocuparon al ver a la empresa transnacional Google adueñándose de la hallaca, así fuese por un sólo día.
Los Tratados de Libre Comercio y los lobbies que estas transnacionales hacen en los órganos legislativos de los países buscan garantizar que el conocimiento se quede en las bóvedas legales de estas empresas, arrebatándoselo al colectivo para beneficiar a sus dueños. Buscan obligarnos a nosotros, los ciudadanos y pueblos del mundo, a pagar por usar de estos conocimientos y tecnologías, a cambio de perder nuestra capacidad de desarrollarnos. Y luego, sus medios de comunicación pretenden hacernos envidiar a los dueños de estas transnacionales, quienes se pelean entre sí por ser las personas más adineradas del mundo, con montos en su haber que superan las reservas de países como el nuestro.
En los días de Bolívar, la Independencia tuvo que lograrse en una guerra sin cuartel, con espadas y cañones. Hoy, los ataques a nuestra Independencia han cambiado de estrategia: sus soldados visten traje y corbata, empuñan jugosos sobornos y comisiones contra la moral de nuestros legisladores y funcionarios, y nos disparan miles de comerciales y promociones para convencernos de que ellos son nuestros "amigos" y sólo quieren hacernos más "felices".
Es una guerra en la que no podemos rendirnos. En agosto de 2014 entra en vigencia en Venezuela la Ley de Infogobierno, que, entre muchos otros aspectos, obliga a usar Software Libre en todas las instituciones del Estado. Es importantísimo entender el porqué de esta Ley: tal y como no serviríamos alimentos en los comedores escolares cuya receta e ingredientes desconozcamos, tampoco podemos usar software en el Estado que no sepamos cómo está hecho.
La hallaca, ese delicioso plato que saboreamos las y los venezolanos cada mes de diciembre, es un símbolo de nuestra cultura, de nuestros saberes y de nuestra identidad; esa es la razón que Google alegará para haberla escogido este 5 de Julio para incluirla en su logotipo. Pero la hallaca también es la viva demostración de cómo el Conocimiento Libre y sin restricciones -a través del cual se difundió su receta- es imprescindible para lograr nuestra independencia científica y tecnológica. El mal llamado "Primer Mundo" se desarrolló de la misma manera, pero hoy quiere cambiarnos las reglas a nosotros. ¡Necesitamos del Conocimiento Libre, de las Tecnologías Libres y la Cultura Libre para construir nuestro Socialismo!
Comentarios
Publicar un comentario
No se publicarán comentarios que falten el respeto al autor, a otros blogueros ni a funcionarios del gobierno bolivariano. Si deseas hacer eso, ¡ejerce tu legítimo derecho a la libertad de expresión en tu propio blog!
El autor se reserva el derecho de publicar o no los comentarios anónimos.