El espacio de Lubrio, por Luigino Bracci Roa

¿Te molesta mi meme de Semana Santa? ¿Te parece irrespetuoso o blasfemo? Por favor, lee lo siguiente. En mi país tengo que soportar a los religiosos parándose en plazas públicas, vagones del Metro, transporte colectivo y otros lugares, gritando sus creencias religiosas y diciendo que los que no las creamos vamos a ir al infierno, que tenemos que arrepentirnos, que tenemos que gritar "amén" y aplaudir a Cristo, etc. ¿Respetan mi derecho a la tranquilidad, a poder ir en un transporte colectivo o estar en una plaza pública sin que nadie trate de cambiar lo que yo creo? NO. Enciendo la televisión y casi todos los canales, tanto del Estado como privados, reproducen misas, discursos religiosos, proselitismo, etc. ¿Respetan mi derecho a tener mis creencias religiosas y no tener que escuchar las de ellos? NO. Los políticos de mi país están convencidos de que el que sea más religioso será el que tenga más votos, y todos te hablan de Dios, Jesucristo, la Biblia, etc. en vez de dedi

En momentos como los actuales, cuando el Metro de Caracas presenta severas fallas y muchas personas abogan por su privatización, quise escribir este artículo sobre el transporte colectivo en Caracas (que denominamos "camioneticas por puesto" o "carritos por puesto"), el cual es un sistema privado , y es posiblemente uno de los más malos del mundo, totalmente ineficiente y de peor trato al pasajero. Aunque lo llamamos "transporte público", hay que enfatizar en que es un sistema privado porque los dueños de los vehículos de transporte son personas particulares. El único papel del Estado es otorgar las concesiones de las rutas, fijar los precios y hacer labores de supervisión que raras veces se cumplen. Primero que nada, hay que hacer una distinción entre los dueños de las "camionetas por puesto" (como llamamos los caraqueños a los autobuses o busetas de transporte colectivo), y los que trabajan en ellas : los choferes y colectores. Estos cas