La reiteración causa destrucción
Algunas personas no entienden que, si quieres algo, y lo pides y lo pides, y lo sigues pidiendo un millón de veces, de todas las formas posibles, de pies y cabeza, con paz o con violencia, con amor o con odio, con originalidad o con monotonía, sólo vas a lograr algo: vas a polarizar la situación.
Y vas a lograr una de dos cosas: o logras lo que quieres y te impones de una forma absoluta, o logras exactamente lo contrario y eres aplastado.
Todo depende de la otra parte. Si la otra parte tiene dudas, tal vez se dejará convencer y caerá. O tal vez sus dudas se acrecienten ante la presión y se radicalice hacia el otro extremo.
Si, por el contrario, la otra parte está segura de lo que quiere, cederá a la polarización y también aplastará a su rival.
Y es que esto es válido en todo: desde el niño que le pide a su papá un juguete, desde el alumno que le pide a su maestro un cambio de evaluación, desde el muchacho que le ofrece amor eterno a una hermosa mujer --o el que le pide matrimonio--, o el empleado que le pide un aumento a su jefe.
Los duelos entre la derecha y la izquierda (o la centroizquierda, o el centro) que vemos en Venezuela y otros países del mundo también adolecen de esta situación... lo comencé a entender cuando vi a españoles forcejeando y enfrentarse hoy... ¡y creo que la cosa se pondrá similar en Estados Unidos a fines de este año!
Y vas a lograr una de dos cosas: o logras lo que quieres y te impones de una forma absoluta, o logras exactamente lo contrario y eres aplastado.
Todo depende de la otra parte. Si la otra parte tiene dudas, tal vez se dejará convencer y caerá. O tal vez sus dudas se acrecienten ante la presión y se radicalice hacia el otro extremo.
Si, por el contrario, la otra parte está segura de lo que quiere, cederá a la polarización y también aplastará a su rival.
Y es que esto es válido en todo: desde el niño que le pide a su papá un juguete, desde el alumno que le pide a su maestro un cambio de evaluación, desde el muchacho que le ofrece amor eterno a una hermosa mujer --o el que le pide matrimonio--, o el empleado que le pide un aumento a su jefe.
Los duelos entre la derecha y la izquierda (o la centroizquierda, o el centro) que vemos en Venezuela y otros países del mundo también adolecen de esta situación... lo comencé a entender cuando vi a españoles forcejeando y enfrentarse hoy... ¡y creo que la cosa se pondrá similar en Estados Unidos a fines de este año!
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